En cuestiones de ahorro, España no suele ser un país líder. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al primer trimestre de 2018, sitúan la tasa de ahorro de los hogares en el 5%, marcando así uno de los niveles más bajos desde el año 2007.
Tal como indican los datos, nos cuesta mucho ahorrar y sobre todo, pensar en las necesidades financieras que tendremos a largo plazo, como por ejemplo la jubilación. Solemos pensar que aún nos faltan muchos años y que ya tendremos tiempo más adelante para ahorrar. Pero, esto nos perjudica de cara a maximizar la rentabilidad de nuestro dinero.
Ahora bien, cuando nos planteamos ser previsores con los ingresos, suele surgir la siguiente duda: ¿qué es mejor, ahorrar o invertir?
En primer lugar, a fin de decidirse por una opción u otra es básico conocer la diferencia entre ambos conceptos. En cuanto al ahorro, se trata de ir economizando y guardando dinero, poco a poco. Se puede reservar una cantidad de dinero para un gasto específico como por ejemplo: pagar los estudios, un viaje, hacer una reforma …, o bien, se puede ahorrar sin un uso específico. Es decir, simplemente porque en un futuro ese dinero puedan servir para hacer frente a cualquier emergencia o imprevisto.
En cambio, la inversión consiste en hacer crecer tu dinero. Se trata de destinar una parte de tus ingresos o ahorros en la compra de productos que se prevé que aumenten de valor. Como es el caso de invertir en acciones, propiedades o un fondo de inversión.
Sabiendo las diferencias principales de estos dos términos, podemos analizar mejor cuál de las dos opciones nos conviene más. Así pues, si después de estudiar tu situación financiera y tus objetivos, te das cuenta que necesitas el dinero en un corto plazo, lo más idóneo es ahorrar.
Para poder llevarlo a cabo adecuadamente, lo más recomendable es elaborar un plan, en el que, anotes los ingresos y gastos mensuales. De esta manera te darás donde se pueden reducir gastos y reservar el dinero que sobran a finales de mes.
Sin duda, la mayor parte de nuestros ingresos –alrededor del 50% -, suele destinarse a cubrir las necesidades básicas, la vivienda, alimentación, luz, electricidad, agua, etc.
Por otra parte en segundo lugar, deberíamos determinar más o menos lo que nos queremos gastar en ocio o caprichos como comer o cenar en restaurantes, ir al cine, de vacaciones, comprar productos caros … Lo más aconsejable es que este tipo de gastos no superen el 30% de nuestros ingresos. De esta manera, más o menos el 20% restante conformaría nuestra base del ahorro.
Por otra parte, si queremos lograr determinados objetivos a medio o largo plazo, invertir es la opción más pertinente. Si ya tienes ahorros y no necesitas el dinero inmediatamente, puedes buscar donde invertir, para hacer crecer estos ingresos.
En este sentido, hay que decir que para incrementar el patrimonio, el mundo de las inversiones tiene opciones para todo tipo de perfiles. Desde las personas que buscan un bajo riesgo, con un mínimo rendimiento hasta las que deciden arriesgar más, para incrementar su capital de una forma más considerable.
En cuanto a los productos, hay que señalar que los más típicos son: inmuebles, acciones o instrumentos financieros. Cada uno uno tiene su nivel de riesgo y porcentaje de rendimiento. Ahora bien, debes tener en cuenta que hay dos factores que influirán en el crecimiento del capital: la cantidad de dinero que aportes cada mes y la duración del plan, ya que cuanto más tiempo se dilate el ahorro o la inversión, mayor puede ser el rendimiento.
En definitiva, elegir una opción u otra depende mucho de la situación económica de cada uno y de lo que se quiera conseguir. Independientemente de seleccionar un camino u otro, lo más importante es que seamos conscientes de la importancia del ahorro, ya desde jóvenes, a fin de garantizar nuestro bienestar y calidad de vida en un futuro.
Si tienes cualquier duda, en Cobertis podemos informarte sobre nuestros productos de ahorro y previsión, para que elijas el que más te conviene.