Todos conocemos el bullying, un tipo de comportamiento violento e intimidatorio que el agresor ejerce de manera verbal, física o psicológica a otro niño o adolescente durante la etapa escolar. Habitualmente, se produce antes de entrar en el aula, entre clases o en la salida. Ahora bien, en los últimos años, con el incremento del uso de los ordenadores, teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos ha aparecido una nueva modalidad, conocida con el nombre de ciberacoso o ciberbullying. A diferencia del anterior, este tipo de acoso no tiene límites horarios, es decir, lo pueden llevar a cabo de forma constante a las redes, a través de chats o mensajes de correo electrónico.

Además, teniendo en cuenta que los usuarios de Internet en España no paran de crecer -el 85% de la población ya es usuaria digital, según el informe de la plataforma Hootsuite de 2018-, el ciberacoso se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los padres y madres, que son conscientes de que la prevención es clave para ponerle freno a este problema.

Según estudios recientes, el 12% de niños y niñas de 9 a 16 años ha sido víctima de ciberbullying. Además, el ciberacoso es más probable que se produzca entre niñas (35%), que entre los chicos (29%). Por ello, Unicef ​​lo ha definido como uno de los riesgos para la infancia vinculado al uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC).

Otro aspecto preocupante es que la mayoría de los menores que sufren este tipo de acoso suelen llevarlo en secreto. ¿Por qué? A veces, para que quien lo padece no es consciente de que lo que sucede no es normal y que no se lo tiene que aguantar. También, puede pasar que le dé vergüenza explicarlo, que piensen que los amigos no lo creerán o que si lo cuenta, la situación pueda, incluso, empeorar.

Recomendaciones para evitar el acoso online de sus hijos

Para estas situaciones no vayan a más, es importante que padres y profesores lo identifiquen al primer síntoma. Es decir, deben estar atentos y no dejar pasar por alto determinados cambios en el comportamiento de los menores. Además, le facilitamos toda una serie de recomendaciones para que las comparta con ellos y así, en la medida de lo posible, puede reducir las probabilidades de que lo lleguen a sufrir:

• Mantener los perfiles de las redes sociales en modo privado. El primer consejo es la configuración del perfil o perfiles de las redes sociales en modo privado. Es la forma más eficaz de saber a quién se está transmitiendo información. Es crucial no aceptar solicitudes de desconocidos y tener un control adecuado de amigos virtuales y seguidores.
• Utilizar contraseñas con un alto nivel de seguridad. Tener una contraseña segura es la siguiente pieza fundamental en la ciberseguridad. Las llamadas contraseñas de alto nivel de seguridad deben incluir números o signos de puntuación, intercalar minúsculas y mayúsculas …, y se renuevan de forma regular. Tener la misma contraseña en todas partes no es, realmente, buena idea.
• Informarse sobre las políticas de uso de cada plataforma digital. Es importante no dejarse llevar por la pereza y conocer qué aceptan y qué no las normas de comportamiento de cada espacio virtual. Si hay un comportamiento irrespetuoso y que no cumpla estas normas se podrá informar a los responsables, moderadores, administradores o proveedores del servicio.
• Aprovechar la función de bloqueo. Es una constante en las diferentes redes sociales y permite prohibir el acceso a aquellos usuarios que envíen mensajes inapropiados o extraños antes de que la situación empeore o derive en un caso más de ciberacoso.
• Asegurarse de tener un buen antivirus y cortafuegos. La seguridad también pasa por las herramientas informáticas o software. Antivirus y cortafuegos actualizados protegen frente a la exposición de los datos personales que se introducen en el ordenador cuando se activa la cámara del dispositivo o ante intentos de conexión desde dispositivos no autorizados. También hay que procurar no utilizar ordenadores que no cuenten con este software de protección.
• Tener precaución al compartir información personal en Internet. Es fundamental la custodia de los datos personales, tanto si se trata de la dirección, el teléfono, el nombre o los apellidos. Este consejo se puede extender para la información gráfica como las fotografías y vídeos que pueden ser utilizados en contra de quien aparece en los mismos.
• No responder a provocaciones de un posible acosador. La única excepción es que sea para informarle que lo que está haciendo se considera delito. Antes de nada, es recomendable no entrar en el juego, ni replicar sus mismas actuaciones a modo de respuesta.
• Compartir las inquietudes con amigos, padres o incluso terceros. Es importante explicar y buscar ayuda si se considera que una situación podría llegar a desencadenar un daño o un caso de acoso. Detener una situación a tiempo es evitar un problema.
• Conservar todo aquello que se considere una posible prueba de ciberacoso. Ya sea un email, una conversación por chat o incluso, una publicación online. Podrían resultar de ayuda si se decidiera denunciar los hechos, más adelante.

En definitiva, detectar a tiempo el ciberacoso es clave para evitar que sus hijos e hijas sufran daños psicológicos graves y permanentes. En este sentido, aunque de entrada no reparamos, contar con un seguro de salud, también puede ayudarle a afrontar esta situación. En caso de necesitarlo, vuestros niños podrán contar con el apoyo de los mejores profesionales y psicólogos que les ayudarán a superar lo antes posible, los traumas o secuelas provocados por el ciberacoso.

Por otra parte, también pueden ser útiles los seguros de defensa jurídica; pues, le aconsejarán y asistirán legalmente ante un caso así. En Cobertis, disponemos de los mejores seguros de salud y de defensa jurídica para que pueda hacer frente a esta situación. En caso de dudas, ¡ponte en contacto con nosotros!