Las vacaciones son uno de los momentos más esperados del año. Desconectar, descubrir lugares nuevos, compartir tiempo con la familia o los amigos, o simplemente disfrutar de ti mismo. Pero, como en cualquier otra actividad, los imprevistos pueden aparecer cuando menos lo esperas.

Contratar un seguro de viaje no es solo una cuestión de prudencia: es una forma inteligente de proteger lo que más valoras —tu salud, tu tiempo y tu dinero—. ¿Aún tienes dudas? Aquí tienes 5 razones de peso para tenerlo en cuenta antes de hacer la maleta:

1. Asistencia médica en el extranjero: la tranquilidad que necesitas
Uno de los riesgos más graves —y costosos— durante un viaje es sufrir un problema de salud lejos de casa. Una infección, una intoxicación alimentaria, una caída o una enfermedad repentina pueden derivar en una visita médica, pruebas diagnósticas, ingresos hospitalarios o incluso repatriación. Y eso, según el país, puede costar miles de euros.

Los seguros de viaje cubren la asistencia médica desde el primer momento: visitas a centros médicos, gastos farmacéuticos, hospitalizaciones, operaciones y traslados médicos. Además, suelen ofrecer asistencia telefónica 24 h, para que nunca estés solo ante una emergencia.

2. Cancelación o interrupción del viaje: recupera tu dinero si algo va mal
¿Te imaginas tener que cancelar las vacaciones en el último momento por una enfermedad, una operación, una emergencia familiar o un imprevisto laboral? ¿O tener que regresar antes de lo previsto por un motivo grave?

Un seguro con cobertura de cancelación te permite recuperar el dinero invertido en vuelos, hoteles o actividades reservadas si tienes que anular el viaje por causas justificadas. También existen coberturas por interrupción de viaje, que cubren el coste del regreso anticipado y, en algunos casos, las noches no disfrutadas.

Es una forma de proteger no solo tu salud, sino también tu bolsillo.

3. Pérdida, robo o retraso del equipaje: soluciones rápidas para que el viaje continúe
¿Has llegado a tu destino pero tu maleta no? Es más habitual de lo que parece. Los seguros de viaje cubren la pérdida, el robo o el retraso del equipaje, compensando los gastos que esta situación te pueda generar (ropa, higiene personal, artículos básicos…).

Además, si te roban documentos como el pasaporte o el DNI, muchas pólizas te ayudan con los trámites y los gastos de renovación, así como con la asistencia legal si fuese necesaria.

4. Protección en actividades de ocio y aventura: disfruta sin riesgos añadidos
Cada vez son más las personas que aprovechan las vacaciones para realizar actividades como senderismo, esquí, buceo, kayak, cicloturismo o rutas en moto. Todo esto aumenta el riesgo de accidentes, y es importante saber que no todos los seguros lo cubren por defecto.

Los seguros de viaje especializados incluyen cobertura en caso de accidente durante la práctica de estas actividades, siempre que estén declaradas. Esto te proporciona cobertura médica, traslado a un centro hospitalario o incluso rescate en montaña si es necesario.

5. Tranquilidad total para disfrutar de lo que realmente importa
Un seguro de viaje no es solo una cobertura médica: es una herramienta para viajar con serenidad. Te ofrece apoyo en caso de retrasos en el vuelo, problemas con la reserva, emergencias legales, imprevistos con el coche de alquiler o incluso situaciones de crisis en el país de destino.

Contratarlo es mucho más económico de lo que parece y puede evitarte problemas muy graves. Por eso, cada vez más personas —especialmente familias, viajeros solitarios, personas mayores o aventureros— lo consideran una parte esencial del viaje.

En resumen, antes de cerrar la maleta, contrata tu seguro. Por poco que cueste, lo que puede ahorrarte —en tiempo, dinero y disgustos— es muchísimo mayor. Viaja seguro. Viaja tranquilo.