Cuando pedimos una hipoteca o un préstamo a un banco, es muy común que nos exijan la contratación de un seguro de vida vinculado a dicha operación. Ahora bien, según la ley hipotecaria (Ley 5/2019), tu banco NO puede obligarte a contratarlo ni a contratar su póliza para cerrar la operación.

Un seguro de vida vinculado a una hipoteca es un tipo de póliza de seguro diseñada específicamente para cubrir una deuda hipotecaria en caso de fallecimiento del titular o titulares del préstamo hipotecario. El seguro de vida también puede cubrir la garantía de incapacidad permanente total, que tras la correspondiente aprobación, dará lugar al pago por parte de la Compañía de Seguros, y podremos liquidar la deuda pendiente.

Con la exigencia de contratación de este seguro, lo que se asegura la entidad financiera es que, en caso de fallecimiento del prestatario o prestatarios, la deuda quede resarcida y por ello, requieren figurar como beneficiarios.

Dicho esto, en caso de los seguros de vida ligados a la hipoteca, existen dos opciones a contemplar:

• Seguro vinculado: el capital asegurado se reduce a medida que se reduce la deuda. Esta opción suele ser más económica y el beneficiario siempre va a ser el banco. Con esta tipología de contratación, en caso de fallecimiento del prestatario o prestatarios, los herederos evitarán tener que pagar por el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones por el seguro de vida, ni tampoco supone un rendimiento sometido al IRPF ya que ese dinero está destinado al pago de deudas.
• Seguro no vinculado: el capital asegurado no varía (a no ser que así lo deseemos) aunque la deuda disminuya. En este caso, habrá una parte del capital, que no se corresponderá a la deuda y es por ello por lo que os recomendamos declarar a vuestros familiares como beneficiarios de esa parte.

Si necesitáis contratar un seguro de vida, poneos en contacto con nosotros, os asesoraremos y os ofreceremos el producto que mejor encaje con las características de vuestra familia.