Este verano estalló la noticia del brote de listeria que ha afectado a más de 200 personas en Andalucía y ha provocado tres muertos. La empresa sevillana Magruder, que distribuyó la carne a través de la marca ‘La Mech’, es considerada el foco inicial de la expansión de esta bacteria.
Ante este caso de rabiosa actualidad surgen muchas preguntas: ¿por qué se contaminó la carne? ¿No fueron exhaustivos con los controles sanitarios? ¿No tomaron las medidas de seguridad necesarias? Muchos de estos interrogantes se van resolviendo y de momento, ya han detenido a los responsables de esta empresa.
Sin duda, todas las empresas y en concreto, las de alimentación deben ser muy cuidadosas en los procesos de producción, aplicar los controles sanitarios correspondientes, manipular adecuadamente los productos, cocerlos y conservarlos para conseguir que sean seguros y que su calidad nunca se vea alterada.
Precisamente, el sector de la industria alimentaria es un ámbito especialmente sensible, pues afecta directamente a nuestra salud. De hecho, casos como el brote de listeria pueden llegar a considerar delitos contra la salud pública. Un caso mucho más grave fue el escándalo del aceite de colza, la primavera de 1981, que provocó 20.643 afectados y más de 3.800 muertos.
Lógicamente, aparte de los aspectos sanitarios y de conservación en la producción, el sector de la alimentación y bebidas, también requiere una protección global y específica en el desarrollo de su actividad.
En este sentido, es fundamental contar con seguros como las de Responsabilidad Civil (RC) o Medioambiental, entre otros, ya que dan cobertura en caso de producirse una intoxicación alimentaria u otros tipos de siniestros graves.
Así pues, con el seguro de RC se protege el patrimonio de tu empresa frente a las reclamaciones de terceros por los daños que los puedas haber causado. También es importante disponer de una cobertura de retirada de productos y extensiones del producto que incluya: gastos de retirada de productos (incluida contaminación maliciosa), coste de producto contaminado, limpieza de las instalaciones contaminadas, gastos de rehabilitación de imagen y pérdida de beneficios. Además, de coberturas específicas por responsabilidad medioambiental.
Otras coberturas interesantes a tener contratadas son por daños materiales, rotura de maquinaria y robo, daños accidentales, control de la mercancía dañada, daños a los envases y embalajes, cobertura de daños a los productos, flota de transportes, seguros de salud para los trabajadores, entre otros.
En definitiva, lo más importante es ser consecuentes y trabajar con el máximo de cuidado, ofreciendo la máxima calidad de nuestros productos a nuestros consumidores. Pero, como los accidentes desgraciadamente suceden, es imprescindible que cuentes con los correspondientes seguros para tu empresa.
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