Dentro del amplio abanico de productos de previsión para nuestra jubilación, se puede decir que uno de los más desconocidos son los Planes de Previsión Social Empresarial (PPSE). Tal como indica su nombre, se trata de un producto de previsión que parte de la empresa, es decir, es ella la encargada de hacer las aportaciones al plan. A pesar de sus similitudes con los Planes de Pensiones de Empleo, a diferencia de estos últimos, el PPSE instrumentalizan a través de un seguro colectivo de la empresa a favor de sus empleados.

Ahora bien, estos Planes deben respetar una serie de principios. Fundamentalmente se pueden resumir en:

• La no discriminación: es decir, se aplican a la totalidad de los empleados.
• La capitalización, las aportaciones se van acumulando y sumando sus ganancias.
• La irrevocabilidad de las aportaciones y atribución de derechos. Es decir, no se pueden descontar o devolver las primas una vez pagadas siendo el titular siempre el trabajador, no la empresa.
• En todos estos aspectos, los PPSE coinciden con el Plan de Pensiones de Empleo, pero hay una gran diferencia en cuanto al rendimiento. En el caso de los PPSE no hay riesgo de perder capital y la rentabilidad está garantizada con un interés mínimo asegurado. En cambio, los planes de pensiones tradicionales, la rentabilidad es variable.

Beneficios fiscales de los PPSE para el trabajador y la empresa

En la póliza del Plan de Previsión Social Empresarial se determinarán las aportaciones a realizar por parte de la empresa, las cuales deben imputarse fiscalmente a los trabajadores como rendimientos del trabajo. Esta naturaleza de las aportaciones es la que determinará la fiscalidad, tanto para el trabajador como para la empresa. Ahora bien, debe tenerse en cuenta que las aportaciones están sujetas a unos límites máximos, como en el caso de los planes de pensiones: un máximo de 8.000 euros al año o el 30% de los rendimientos por trabajo.

Con respecto al trabajador, estas aportaciones reducen la base imponible del IRPF y posteriormente, en el momento en que se retiren, las prestaciones percibidas tributarán como rendimientos del trabajo, del mismo modo que los planes de pensiones, aunque tributará diferente en función de si decide rescatarlo en forma de capital o en forma de renta.

En cuanto a la empresa, los PPSE tienen también una serie de ventajas. Por un lado, porque este producto permite fidelizar a los empleados y, por otro, porque también se obtienen bonificaciones fiscales. A diferencia del salario en efectivo, no se aplicará ninguna retención a cuenta y abonar la misma a Hacienda. Sí supone, por supuesto, un gasto de personal como el resto del salario y como tal se descuenta en el pago al Impuesto de Sociedades.

En definitiva, se trata de un producto todavía poco extendido en España pero con importantes ventajas. Y no sólo para el trabajador, que le sirve para hacer una previsión de cara a su futura jubilación, sino también para la empresa, ya que les supone un importante ahorro en costes fiscales y una forma de beneficio social para sus empleados .

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