Como cada año, con la llegada del otoño cambian los colores y caen las hojas de los árboles, comienzan a bajar progresivamente las temperaturas, a hacer mal tiempo, se reducen las horas de luz… Pero, ¿sabías que durante esta estación, también se incrementan los accidentes de tráfico? ¿Qué medidas podemos tomar para minimizar este riesgo?
De entrada, el primer consejo es que pongas a punto tu vehículo. Sin duda, hacer revisiones periódicas es necesario para poder circular con seguridad, ahorrarte más de una avería y lo que es más importante, minimizar las posibilidades de sufrir un siniestro.
Aparte de eso, si eres de las personas que siempre va en coche o en moto al trabajo, a buscar a tus hijos a la escuela, a hacer cualquier gestión… Te interesa conocer toda una serie de aspectos por conducir sin riesgos en esta época del año. ¡Toma nota!:
Siete recomendaciones para que todo vaya sobre ruedas
- Reformular tus hábitos de conducción. Las inclemencias meteorológicas propias de esta estación como las lluvias, el viento… Impactan negativamente en la conducción. Por ello, mantener la distancia de seguridad, adecuar tu velocidad a los límites establecidos o utilizar el cinturón son medidas de seguridad que siempre se deben tener en cuenta al volante pero, en esta época del año, aunque es más necesario.
- Intentar ver y ser vistos. Si no tenemos la suficiente iluminación para conducir, las consecuencias pueden ser nefastas. Los faros tienen el objetivo de iluminar la carretera y también de avisar a los demás de nuestra presencia y de nuestras intenciones. Te recomendamos usar las luces de cruce durante el día y, en momentos en que el sol deslumbra, las luces traseras, para que nos vean bien los coches que nos siguen.
- ¡Ojo si conduces de noche! La conducción nocturna puede suponer una situación de riesgo, ya que conlleva una pérdida de agudeza visual y una disminución del campo visual. Aunque de noche se estima que el tráfico disminuye un 60%, 4 de cada 10 accidentes mortales suceden a estas horas. Uno de los motivos es que, en la oscuridad, no apreciamos ni velocidad ni el movimiento. Es más, ésta puede ocultar peligros que sí son visibles con luz diurna.
Por otra parte, también implica más tiempo para identificar objetos e interpretar correctamente la señalización. Por ello, disminuir la velocidad hasta un 20% respecto a la velocidad permitida te ayudará a estar prevenido y evitar posibles accidentes. Tienes que tener especial atención entre las 4 y las 6 de la mañana, franja horaria durante la que baja más el nivel de alerta y pueden aparecer la monotonía, fatiga y cansancio.
- Prepara todo antes de salir. Antes de coger carretera y manta es importante hacer una buena previsión y organización del viaje. De este modo, lo tendrás todo mucho más claro y evitarás perderte u otros contratiempos. No está de más comprobar el día antes, las previsiones meteorológicas; de esta manera, si ves que el tiempo no acompaña puedes intentar aplazar el viaje. También es buena idea consultar la web de la DGT o los boletines informativos de la radio sobre cómo está el estado del tráfico para evitar atascos o cortes de carreteras, etc.
- Conducir con mal tiempo. Si de repente se pone a tronar y cae una tormenta muy fuerte, lo más sensato es parar el vehículo en un área de descanso y esperar que el tiempo mejore. Pero, si no para de llover y, sí o sí, debes continuar con tu viaje, es importante que, con lluvia, enciendas las luces de cruce para que te vean mejor. En el caso de niebla, hay que encender las luces de cruce y el alumbrado antiniebla.
Asimismo, si está lloviendo, conviene comprobar la eficacia de los frenos, tocándolos suavemente para secar la humedad de las pastillas, siendo totalmente desaconsejable frenar bruscamente para evitar el aquaplaning.
En esta misma línea, también es importante tener en cuenta que cuando llueve el suelo mojado aumenta la distancia de frenado, lo que tenemos que prevenir aumentando la misma distancia de seguridad con el vehículo que nos precede. Otro fenómeno meteorológico que puede ser un gran enemigo de la conducción es el viento. Hay que vigilar y moderar la velocidad y tener cuidado al avanzar camiones que hacen el efecto pantalla y pueden desestabilizar la direccionalidad del coche.
- El peligro de las hojas secas. No es ninguna novedad, en otoño la calzada siempre se llena de hojas de color marrón, amarillento, rojo… Una estampa de postal pero que, a la hora de conducir, puede provocar graves problemas. Sobre todo si están mojadas, porque se aumenta el riesgo de sufrir un accidente por una posible pérdida de tracción de tu vehículo. En caso de tener previsto circular por zonas de montaña, tienes que tener cuidado con las carreteras heladas. A estas alturas del año, suele nevar en zonas de alta montaña y esto puede ser especialmente peligroso en las curvas. Por tanto, recuerda siempre poner las cadenas en las cuatro ruedas.
- Ruedas a punto. Por todo ello, es muy recomendable que hagas una revisión a los neumáticos de tu vehículo y que te asegures de quela altura del dibujo está por encima de los 1,6 mm. Sin embargo, los especialistas recomiendan no bajar de los 2 mm. Su buen estado garantiza la adherencia y la capacidad de frenado de tu coche, y por tanto, tu seguridad. Tampoco te olvides de controlar la presión de todas las ruedas -incluida la de recanvio-, revisándola una vez al mes.
En Cobertis disponemos de los seguros de coche más completos, con amplias coberturas, para que en caso de sufrir un incidente recibas una asistencia rápida y eficiente. ¡Llámanos o envíanos un correo y te daremos todos los detalles!
Muy buenos consejos. No dudaré en tenerlos muy en cuenta para esta temporada. Gracias por compartir este artículo, es de mucha utilidad.